Lo que piden a gritos…

No es cuestión de ser estrictos o rígidos, no se trata de ser severos… se trata de ser claros y consistentes con lo que decimos y hacemos

Me topé con esta frase y me gustó tanto que me permito compartirla con ustedes, desconozco el autor pero me parece muy acertada: “Lo que esta generación de niños y adolescentes está pidiendo a gritos, son padres que pongan límites claros y consecuencias naturales, que sean ejemplos a seguir, que regalen afecto en vez de comprarlo, que estén pendientes y más presentes. Necesitan padres, no más amigos”.

En varias oportunidades he hecho mención a la importancia de establecer límites y consecuencias claras en la crianza y educación de niños y jóvenes, de cómo con sus conductas nos piden coherencia para hacerles entender que existen esos límites y que además necesitan saber de manera concreta qué se espera de ellos y qué pasará si trasgreden esos límites.

No es cuestión de ser estrictos o rígidos, no se trata de ser severos… se trata de ser claros y consistentes con lo que decimos y hacemos, en especial si niños y jóvenes están involucrados. Evita confundirlos, evita transmitirles tu ansiedad y por sobre todas las cosas, evita que tus emociones se impongan y terminen ocasionando que desesperes perdiendo la coherencia.

Tampoco pienses que dejas de ser más o menos amigo de tus hijos por establecer normas claras y ejecutar consecuencias si es necesario, todo lo contrario, ¡lo necesitan! y tú también para ayudarte a mantener tu estabilidad emocional. Existe un gran aliado del que escribiré luego: El binomio autoridad – afecto, que bien ejecutado, no falla.

Las normas y límites les permiten entender a niños y jóvenes como funcionamos socialmente y qué se espera de nosotros al relacionarnos con los demás. Les permiten ir desarrollándose seguros, estables emocionalmente, responsables de sus acciones y emitiendo conductas operativas y socialmente aceptadas.

Msc. Dayana Carrillo

Terapeuta conductual.

Phubbing, ¿Sabes qué es y cómo afecta a tu hijo?

Los adultos son el “modelo” y una de las vías más rápidas de aprendizaje para un niño

El término no se encuentra definido en la real academia española, por lo que no es un término real del idioma español. Tuvo su aparición en el año 2007, al mismo tiempo que los teléfonos inteligentes.

El “Phubbing” puede definirse como el acto de un individuo o persona a ignorar su entorno por concentrarse en la tecnología móvil, ya sea un teléfono inteligente, tableta, PC portátil, u otro dispositivo.

El término se originó en Australia, etimológicamente producto de la unión de las palabras phone (teléfono) y snubbing (desprecia). Parece un acto inofensivo, pero recientes investigaciones revelan que puede estar afectando las relaciones interpersonales y la rutina familiar.

De igual forma, se ha demostrado que afecta la salud mental, pues las personas se sienten ignoradas y rechazadas afectando su autoestima y propiciando la depresión.

Ahora bien, ¿Cómo afecta a los niños?… en términos generales, de las misma forma que al adulto:

Se sienten rechazados, afecta su autoestima, se sienten inseguros al no tener la atención del adulto cuando la requieren, experimentan la misma sensación de abandono (Los más pequeños: 1 a 3 años) que cuando los dejas por primera vez en un lugar desconocido (de forma sostenida, cada vez que lo ignoras para revisar el teléfono), sienten que lo que tienen que compartir no es importante, entre otras sensaciones que pudieran estar experimentando y que afectan su desarrollo.

Los adultos son el “modelo” y una de las vías más rápidas de aprendizaje para un niño. Cuando hacen “Phubbing”, te están “modelando”, es decir, están aprendiendo. Si en algún momento te sientes “ignorado” por tu hijo, pregúntate con qué frecuencia lo expones al “Phubbing”.

Msc. Dayana Carrillo

Terapeuta Conductual.

Beneficios de ponerte a la altura del niño.

Como mucho se ha dicho, la comunicación es un factor fundamental en la crianza del niño… cuando converses con él, es importante que recuerdes bajar hasta su nivel, establecer contacto visual y usar un discurso breve, acorde a su edad.

A medida que hagas de esta práctica una rutina afianzaras la relación con tu hijo y ambos podrán disfrutar de beneficios sencillos pero significativos:

1. Promueves su autoestima y seguridad.

2. Propicias una comunicación asertiva y afectiva.

3. Le brindas confianza para poder expresar con libertad sus sentimientos y emociones.

4. Le haces saber que lo que dice te interesa y que estás ahí para apoyarlo.

5. Favoreces el desarrollo de su inteligencia emocional y su autoestima.

6. Le brindas la oportunidad para desarrollar la comunicación no verbal y la empatía.

7. Le enseñas a comunicarse con calma y serenidad.

8. Lo ayudas a concentrarse en la conversación.

9. Le demuestras la importancia de establecer contacto visual con su interlocutor.

10. Desarrollas en el niño no sólo el valor del respeto sino de tolerancia, empatía, solidaridad.

11. Le enseñas a reflexionar, argumentar y negociar.

Msc. Dayana Carrillo

Terapeuta Conductual.

Comunicación entre padres e hijos…

Escuchar y hablar es la clave para una relación operativa y saludable entre tus hijos y tú

El acto de la comunicación es la vía para establecer contacto con las personas, para intercambiar información, expresarnos, para transmitir nuestros sentimientos y emociones, transmitir algún pensamiento, idea o experiencia a otras personas y para establecer verdaderos vínculos de afecto y empatía.

La comunicación en una familia, cumple un papel preponderante en el desarrollo del ser humano y por ende de nuestras sociedades. Es la herramienta que nos permite crecer como individuos autónomos, seguros y coherentes siempre que en la familia se propicien y fortalezcan vínculos de afecto, compañerismo, sinceridad, respeto mutuo y valores que sustenten relaciones positivas.
Les comparto estas recomendaciones para mejorar la comunicación en la familia y desarrollar la confianza entre padres e hijos:

– Observa los momentos en los que tus hijos están más dispuestos a conversar.
– Reserva tiempo para hacer actividades a solas con cada uno de tus hijos y evita interrumpir esta actividad.
– Cuando tus hijos hablan acerca de sus preocupaciones, interrumpe lo que estás haciendo y préstales mayor atención, tratando de observar posibles signos de alerta en su comunicación corporal.

– Escucha su punto de vista aunque te resulte difícil, permitiéndole expresar su opinión antes de responder.

– Repite lo que le escuchaste decir, para asegurarte de haber entendido.

– Suaviza las reacciones fuertes; los niños dejarán de comunicarse si te muestras molesto o a la defensiva.

– Evita menospreciar su opinión, hazles saber que está bien no estar de acuerdo y busca los posibles puntos de coincidencia.

– No caigas en discusiones interminables. En su lugar, puedes expresar: “Sé que no estás de acuerdo conmigo, pero opino que…”.

– Concéntrate en los sentimientos de tus hijos en lugar de los tuyos durante la conversación.

– Pregúntale a tus hijos lo que ellos necesitan de ti durante una conversación: consejos, escucharlos, ayudarlos a enfrentar sentimientos o a resolver un problema.

– Los niños aprenden por imitación. Modela sus conductas para que sigan tu ejemplo al enfrentar un conflicto, resolver problemas o enfrentarse a sentimientos difíciles.

– Habla con tus hijos, no los juzgues, critiques o amenaces y mucho menos digas cosas que puedan lastimarlos.

Los niños aprenden al tomar sus propias decisiones. Evita intervenir, a menos que las consecuencias sean peligrosas.

– Al dar una información, busca que siempre sea de una forma positiva.

– Cumple lo que dices o prometes.

– Desarrolla la empatía con tus hijos, haz el ejercicio de ponerte en su lugar.

– Sé coherente, da mensajes consistentes y no contradictorios.

– Escucha siempre con atención e interés.

– Crea un clima emocional que facilite la comunicación.

– Si es necesario consulta tu opinión con los demás miembros de la familia.

– Expresa y comparte sentimientos.

– Se claro y concreto a la hora de pedir algo.

Escuchar y hablar es la clave para una relación operativa y saludable entre tus hijos y tú. Sin embargo, en ocasiones no representa una tarea sencilla, por lo que debes enfrentar esta situación como una meta a alcanzar. En caso de que los problemas de comunicación familiar persistan, considera consultar con un especialista.

Msc. Dayana Carrillo

Terapeuta Conductual.