
Todos quieren tener hijos inteligentes, amigables y sanos en todas sus áreas. Todos pensamos en cómo hacerlo posible… cómo lograr que sea el mejor o el más saludable, el que tenga más amigos y destaque por sus habilidades… Sí!, todos deseamos eso… pero, ¿Hasta qué punto muchos de los padres, en su deseo, se convierten en el factor limitante de sus hijos?… Simplemente obsérvate… ¿Eres de los que anticipa los movimientos y deseos de tu hijo?, ¿Le haces de interprete dentro y fuera de la casa?, ¿Recoges, ordenas, buscas, todas sus cosas?, ¿Lo vistes y desvistes aun sabiendo que tu hijo lo puede hacer?, ¿Le haces la tarea porque… ay! La maestra no se va a dar cuenta y hay prisa para ir al mercado y el pequeño suele tardarse?, ¿Lo involucras en pequeñas tareas de la casa o no porque es muy “pequeño” todavía?, ¿Hermano, abuelos, tíos lo aman tanto, tanto, que… lo “ayudan” (hacen) en todo?… Obsérvate!. Muchas veces, padres y adultos significativos se involucran tanto, que terminan haciendo todo por el niño, teniendo éste la edad y la capacidad para poder hacerlo. Sólo observa y confía: en ti, en tu hijo, en lo que conoces de tu hijo y en su “capacidad” para poder hacer las cosas aunque al principio no salgan tan bien como esperas; recuerda que jamás se corre antes de caminar y todo tiene un proceso y un tiempo, recuerda que si no se enfrenta a situaciones cotidianas… no tendrá las herramientas para poder “hacer”, “resolver”, “decidir.
El desarrollo de la autonomía y la independencia son procesos que se inician desde la infancia, sin embargo muchos piensan que estos procesos se “alcanzan” con la mayoría de edad, siendo esta creencia completamente errada. Los especialistas en desarrollo evolutivo, demuestran en sus estudios que ambos procesos comienzan a desarrollarse desde la primera infancia, lo que implica “entender” que el bebe es un sujeto de acción que interactúa con el ambiente externo, contrario a la idea anterior de ser concebido como un “pasivo” receptor de estímulos.
Un bebe autónomo se caracteriza entre otras cosas, por tener iniciativa en sus acciones (Chokler, 2010), entendiendo que cuenta con herramientas perceptuales, motrices y psicológicas que contribuyen con el proceso de maduración y el contacto con su entorno. Estas herramientas serán utilizadas desde sus primeras experiencias y facilitaran el procesamiento y organización de toda la información.
Por otra parte y según la teoría de Vygotsky, es recomendable aplicar el concepto de “Participación Guiada”, que otorga especial importancia a la presencia, el “acompañamiento” y “reto” que el adulto puede ofrecer en el aprendizaje del niño, como factores fundamentales en el desarrollo cognitivo, toma de decisiones y resolución de problemas.
Cuando estamos delante de un adulto operativo, capaz de tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de estas con responsabilidad, estamos ante un individuo que tuvo la oportunidad de desarrollar su autonomía e independencia desde la edad temprana y que contó, además, con la “participación guiada” (Vygotsky) de sus padres y adultos significativos. Sin embargo, en ocasiones padres, madres y parientes no saben cómo propiciar y contribuir a desarrollar la autonomía e independencia en los niños, por lo que compartiré algunas sugerencias que pueden ayudar:
1.- Propicia su interacción con el entorno: Los niños deben interactuar tanto con sus grupos de pares como con su entorno, cuando se le permite desenvolverse, brindamos la oportunidad para que dialogue, comparta conocimientos y experiencias, desarrollando nociones de respeto, empatía, tolerancia y democracia. Por lo general los niños tienen un componente creativo importante, así como iniciativa para explorar el ambiente y participar en actividades acordes a su edad propiciando su propio aprendizaje, por lo que se recomienda permitir que exploren y conozcan su entorno con sus propias herramientas.
2.- Fomenta los valores: Los valores le permiten a los niños definir su proyecto de vida y reforzar creencias y valores existentes dentro de una sociedad (Novella, 2012). El contexto social es uno de los ambientes de mayor importancia para la adquisición de valores. La interacción con diferentes actores (hermanos, primos, vecinos, compañeros de clase) son más proporcionadas que con mamá y papá, por lo que el niño puede desarrollar nociones de negociación, empatía, solidaridad, igualdad, afecto así como la comprensión y el respeto de las normas sociales durante la interacción, incluyendo las actividades de juego y ocio.
3.- Establece límites y reglas claras: Un factor fundamental es el establecimiento de límites y normas en los ambientes donde se desenvuelve el niño, especialmente en el ambiente familiar. Estas normas y reglas deben ser claras, justas, acordes a la edad del niño y mantenerse en el tiempo, sin variaciones determinadas por el estado de ánimo de mamá y papá. Es fundamental cumplir con esta recomendación que permite desarrollar en el niño procesos de autocontrol y autorregulación de conductas y emociones en los diversos contextos sociales en los que se desenvuelve (Ochaita & Espinoza, 2012). De igual forma, el establecimiento de límites y reglas permite también la interiorización de los roles y el respeto a la figura de autoridad; implica también que se permita el dialogo y el establecimiento de acuerdos en algunas reglas fomentando un ambiente democrático a través de la autocrítica (Climent, 2010). Una vez que se han interiorizado los límites y reglas el niño aprende a observar, actuar y anticipar las consecuencias de sus acciones, lo que le ayuda a conocer sus propios límites (Chokler, 2010).
4.- Estilo de crianza democrático: El estilo de crianza se refiere a los patrones de enseñanza-aprendizaje que utilizan los padres en su relación con sus hijos. De los cuatro estilos de crianza más conocidos, el democrático, es el que contribuye al desarrollo de la autonomía e independencia, de acuerdo con los especialistas. Se caracteriza por escuchar las necesidades y pensamientos de los niños, generando un clima de apoyo, afecto y equilibrio, adecuado con las normas en el hogar lo que facilita que los niños sean conscientes de las consecuencias de sus actos y puedan modificar sus emociones y conductas (Henao, Ramírez & Ramírez, 2007).
Queridos padres y adultos significativos… siempre que enseñamos a los niños a ser autónomos, estamos brindándoles la habilidad y las herramientas que todo ser humano requiere para poder desarrollarse de manera independiente y llegar a ser un adulto operativo, que ejerce su ciudadanía de manera positiva; toma sus propias decisiones y asume con responsabilidad la consecuencia de sus actos, contribuyendo a su desarrollo personal y social.
Nuestra mejor recomendación con respecto al desarrollo de la autonomía e independencia en los niños es tener siempre presente que debemos “educar” para la vida.
Evita hacer las cosas que sabes tiene la capacidad de hacer, deja que explore, experimente, permite que cometa errores y aprenda de estos, fomenta la responsabilidad con amor y equilibrio, haz que analice y reflexione sobre sus actos y enseña lo positivo de asumir las consecuencias.
Recuerda que por esta vía puedes hacernos llegar tus dudas y consultas… con gusto te responderemos
Msc. Dayana Carrillo
Terapeuta conductual.