
Me topé con esta frase y me gustó tanto que me permito compartirla con ustedes, desconozco el autor pero me parece muy acertada: “Lo que esta generación de niños y adolescentes está pidiendo a gritos, son padres que pongan límites claros y consecuencias naturales, que sean ejemplos a seguir, que regalen afecto en vez de comprarlo, que estén pendientes y más presentes. Necesitan padres, no más amigos”.
En varias oportunidades he hecho mención a la importancia de establecer límites y consecuencias claras en la crianza y educación de niños y jóvenes, de cómo con sus conductas nos piden coherencia para hacerles entender que existen esos límites y que además necesitan saber de manera concreta qué se espera de ellos y qué pasará si trasgreden esos límites.
No es cuestión de ser estrictos o rígidos, no se trata de ser severos… se trata de ser claros y consistentes con lo que decimos y hacemos, en especial si niños y jóvenes están involucrados. Evita confundirlos, evita transmitirles tu ansiedad y por sobre todas las cosas, evita que tus emociones se impongan y terminen ocasionando que desesperes perdiendo la coherencia.
Tampoco pienses que dejas de ser más o menos amigo de tus hijos por establecer normas claras y ejecutar consecuencias si es necesario, todo lo contrario, ¡lo necesitan! y tú también para ayudarte a mantener tu estabilidad emocional. Existe un gran aliado del que escribiré luego: El binomio autoridad – afecto, que bien ejecutado, no falla.
Las normas y límites les permiten entender a niños y jóvenes como funcionamos socialmente y qué se espera de nosotros al relacionarnos con los demás. Les permiten ir desarrollándose seguros, estables emocionalmente, responsables de sus acciones y emitiendo conductas operativas y socialmente aceptadas.
Msc. Dayana Carrillo
Terapeuta conductual.